viernes, 17 de septiembre de 2021

Qué oculta el Ministerio de Sanidad bajo la mesa tras el desplante a los biólogos sanitarios

    Leo con cierto asombro el reciente comunicado del CGCOB a raíz de la demanda informativa para conocer cuáles son las razones por las que el Ministerio de Sanidad se niega a reconocer a los biólogos como profesionales sanitarios, en las actividades y especialidades en las que trabajan actualmente.

    Aunque es comprensible el papel del CGCOB en sus mensajes institucionales comedidos, no comparto el diagnóstico que hacen, al referirse a posiciones personales de los dirigentes del Ministerio. Me parece poco verosímil, pues aquí nadie es un verso suelto. ¿O es que la Sra. Darías no tiene un mando superior que le de un buen tirón de orejas? Cualquiera que sea, todos obedecen lo que se les ordena. Si erramos en el diagnóstico será difícil dirigir los esfuerzos donde se necesitan para encontrar una solución. He leído en las redes sociales otras razones que, seguramente están bien encaminadas, pero insuficientes en su análisis. Se habla de corporativismo/gremialismos, tensiones presupuestarias, falta de liderazgo político, sistema sanitario con ordenación profesional decimonónica, gestores incompetentes, etc. Incluso, se introduce en el debate los efectos de una transición democrática defectuosa, que algunos la han calificado como una transacción, por el reparto del negocio profesional aún visible en muchos sectores de nuestra sociedad. 

   Pese a que la Biología es una profesión que tiene cierta solera con sus más de 50 años de existencia, lo cierto es que desde hace algún tiempo existen nuevas titulaciones BIO a las que también se les niega su razón de ser en el sistema sanitario público. Entonces para qué las creas, alma de cántaro, si luego no regulas su ejercicio profesional. Así, difícilmente se puede explicar a los estudiantes, familias endeudadas y profesionales en precario, que hay un negocio montado para favorecer a unos pocos. Alguien en su sano juicio puede entender cómo es posible que no se reconozca a biólogos como profesionales sanitarios que llevan 30 años de actividad profesional en el sistema sanitario público y que le ninguneen su carrera profesional. Tengo la impresión de que hay un reparto de cuotas inamovibles para las profesiones clásicas, sin entrar a valorar su capacitación en contraste con las profesiones emergentes. Ni siquiera en las áreas multidisciplinares reguladas (análisis clínicos, bioquímica clínica, microbiología), las autoridades competentes están dispuestas a compartir plazas en igualdad y libre competencia. Es inaudito que un biólogo apenas tenga opciones para acceder a plazas de Microbiología, por citar un ejemplo. No queda otra que sacar a la luz las sinrazones de fondo del bloqueo al desarrollo profesional de los biólogos en el sistema sanitario y su discriminación respecto a otros colectivos. Haber metido la política dentro de los servicios públicos hasta límite insospechados, ha provocado un daño enorme a nuestro país, retrasando torpemente su desarrollo. Pues claro que hay que reformar a fondo la Administración pública (no sólo), pero a ver quien se atreve. Miremos lo que pasa con la elección de jueces en el CGPJ... 

A ver quien pone el cascabel al gato...en las reformas del sistema sanitario

    Añadiría que el reconocer a los biólogos como sanitarios en especialidades como Genética, Embriología y Salud pública, implica crear nuevos "centros de poder" que entrarán a competir económica y profesionalmente con las especialidades médicas preexistentes. Esto es lo que un profesor me comentó hace muchos años, y parece que por ahí van los tiros. Esos nuevos núcleos de influencia estarán conectados con las Facultades de Biología y sus departamentos, que pasarían a tener un papel relevante en la formación académica de posgrado y sanitaria especializada (Unidades hospitalarias acreditadas), y eso supondría rivalizar  por los escasos recursos con otras titulaciones clásicas, poco dispuestas a cambiar su estatus. Recuerdo a un prestigioso médico manifestar que no entendía porqué se tenía que invertir en Genética en lugar de Fisiología, si los datos avalan lo contrario (en términos de tasas de enfermedades). Se ve que lo de la Medicina genómica no iba con él. No se pronunció sobre porqué la Genética está reconocida en toda Europa pero no es España. Me dio la impresión de que priorizaba unos servicios sanitarios frente a otros, pero en términos de prescindir de uno en lugar de integrar todos los necesarios. Nadie parece estar dispuesto a perder fuelle en su pugna por estar bien posicionados. Y en eso ven a los biólogos como verdaderos contrincantes, en lugar de aliados con objetivos compartidos. Si algo han demostrado los biólogos es su excelencia investigadora y su saber hacer. Y eso no les hace gracia.

    Seguramente haga falta un nueva reforma sanitaria del alcance de la de Ernest Lluc, aunque parece que no hay un liderazgo político con su nivel de compromiso. Aún así, no logro entender la cerrazón de nuestros "representantes" políticos con la Biología sanitaria, no ahora, sino durante tantísimos años (estimo más de 30 años negando el papel de los biólogos en la Sanidad pública). Hasta el punto de que sorprende que en todos los países europeos de nuestro entorno estén reguladas las especialidades citadas (Genética, en especial), sin embargo, en España se bloquea a los profesionales y estudiantes para poder ejercer su profesión, incluso en otros países. Yo entiendo a mi burra: si pierden el control en ciertos ámbitos profesionales, se les puede poner en evidencia. 

    Algunos estaban esperanzados en que el gobierno progresista les iba a ayudar en sus reivindicaciones y han conocido, demasiado tarde, su verdadera cara. Es muy sospechoso que nadie de algún grupo político se haya pronunciado en favor de las reivindicaciones de los biólogos, ni tan siquiera el equipo directivo saliente que las respaldó inicialmente. Pienso que el CGCOB debe seguir hasta el final, y para ello tendrán que recabar más apoyos, movilizaciones de las Facultades de Biología, comunidad científica (ir más allá de Anih, FPU y Cosce) y personalidades que alerten a las autoridades competentes de lo que estamos perdiendo y el daño que están provocando a generaciones de estudiantes y profesionales, quienes se niegan a estar condenados al ostracismo, cuando lo único que pretenden es desarrollarse profesionalmente para contribuir positivamente a la sociedad. 

    Con sus 75 entradas, este blog celebra su boda de brillantes dedicando su apoyo al reconocimiento profesional de los biólogos:

#Biologiasanitariaya

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Repaso al nuevo reglamento andaluz de piscinas

   Estamos agradecidos a la dirección editorial de la revista LogíaEFD (Educación Física y Deporte) por publicar nuestro último artículo, titulado "Consideraciones sobre la armonización de requisitos sanitarios a la luz del nuevo reglamento de piscinas de Andalucía". Es difícil encontrar editoriales que sean congruentes con lo que anuncian en sus sitios web. En este caso, hacen honor a la verdad pues LogíaEFD es  abierta y participativa,  admitiendo artículos divulgativos o reflexiones sobre temáticas relacionadas con el Deporte. En nuestro caso, valoramos la nueva legislación andaluza de piscinas, haciendo un balance equilibrado de sus pros y contras, destacando sus aciertos y sus carencias, desde una perspectiva crítica prudente, con convicción y realizando un análisis fundamentado, sin que ello signifique que la editorial comparta las opiniones vertidas por los autores. En este sentido quedamos perplejos con que otras editoriales del ámbito de las ciencias del deporte y educativas, anuncien que aceptan temáticas de legislación, para luego desdecirse aclarando que únicamente aceptan análisis formales de legislación. Pensamos que para eso están las revistas de Derecho y sus artículos doctrinales, puesto que una revista educativa y del deporte tiene un alcance de otra índole y más diversificado.  

   Tras más de 30 trabajos de investigación nos vamos a quedar con las ganas de que los revisores hagan un trabajo concienzudo, a saber, motivando cada una de las sugerencias o correcciones, y entrando en el fondo del asunto. El problema es que motivar (hay que trabajar) no es calificar (más fácil). Lo habitual es encontrarnos con afirmaciones voluntaristas (sin ninguna explicación o motivación de lo que afirman, que posibilite el diálogo científico), generalmente superficiales que, en ocasiones, son discutibles y, en otras, erróneas (a veces ruborizan).  A nosotros nos complace que nos destripen el artículo a cambio de que el revisor  fundamente lo que considere inadecuado o erróneo. Y es raro encontrar un revisor pedagógico y comprometido.

   En una ocasión, nos encontramos que una revisora no entiende algún párrafo y la editora in-chief lo rechaza automáticamente, sin feedback con los autores ni opción a aclaraciones. Es decir, sin posibilidad de contrastar lo que dice la revisora. Calificar alguna parte del texto con "no se entiende" a secas, lo sitúa en el terreno del capricho. La afirmación ofrecida por la revisora no se detiene en alguna explicación del porqué, sino más bien a justificarse a sí misma. Desde el primer momento, la revisora se sirve de generalidades e imprecisiones que justifican cualquier decisión de la editora, de forma que no se expresan las razones que le ha llevado a descartar el trabajo, y si esas razones están bien motivadas o tienen algún vicio oculto.

Algunos editores y revisores de revistas se les nota de lejos

   Eso es tanto como desdeñar el conocimiento y bagaje de sus autores o de aquellos otros lectores que sí que lo entienden (procedentes de sectores académicos dispares Humanidades, Ingeniería y Científico).  No es la primera vez que una editorial rechaza un trabajo que otra lo considera magnífico, y cuyo plantel editorial está repleto de expertos de reconocido prestigio. Algo falla, cuando las razones del revisor se limitan poco más que al "no se entiende". Además siempre existe la posibilidad de que el revisor no esté bien informado, le falten conocimientos precisos sobre el tema, que ni siquiera tenga experiencia como autor, e incluso que tenga conflicto de interés (estar bien relacionados con los redactores de la legislación que se critica). Aunque todo lo anterior sobra, si no va acompañado de honestidad, pues como decía antes, ni tan siquiera hay turno de réplica para los autores. Pensamos que no hay que temer a la diferencia de ideas, aunque no guste como se expresan. Y siempre será mejor recurrir a la elegancia, a la hora de buscar algún pretexto para no publicar un trabajo que no encaja en la línea editorial. 

   Con LogíaEFD valoramos la pluralidad de ideas, su amplio enfoque temático y que su comité editorial es solvente, compuesto por profesionales del mundo académico de múltiples universidades españolas. A la hora de seleccionar a esta revista hemos tenido en cuenta que su lugar de edición sea en Andalucía (por el ámbito territorial de la temática), que no hay que pagar por publicar (las temidas 'fees' o 'processing charges'), y que acepten artículos especiales como ensayos, divulgación u opinión, igualmente necesarios dentro del proceso científico. 

   Nos complace apoyar a revistas jóvenes en un sector realmente competitivo, y estamos sensibilizados con que la investigación no sólo se piense en inglés, siendo conscientes de que investigar no debería quedar reservado a la élite del Q1, puesto que las revistas no pierden su valor por no publicar trabajos con escasa financiación; al contrario, tiene un enorme mérito mantener una revista para divulgar ideas más allá de ciertos abordajes de un problema o tipos de estudios que, con frecuencia, no resuelven el problema encarado ni se obtienen conclusiones generalizables. Si únicamente tiene valor la ciencia del Q1, estamos asentando la idea de que el resto ni sirve ni tiene mérito, lo cual es muy discutible. Hay que desmitificar el hecho de que por aceptar determinados tipos de estudios se van a alcanzar conclusiones sólidas. Ningún tipo de estudio es garantía de nada, mientras que el diálogo crítico siempre va a formar parte del proceso científico.

   En lo que a nuestro artículo respecta, 20 años después, el reglamento sanitario andaluz sobre piscinas se ha reformado impulsado por la normativa básica nacional. Previamente, el Ministerio de Sanidad estableció los criterios mínimos de condiciones técnico-sanitarias que deben reunir las piscinas para el conjunto del país. En Andalucía la gestión de los requisitos sanitarios para las piscinas se ha regulado por el Decreto 485/2019. Esta actualización normativa conlleva modificaciones en los valores límite de los parámetros de la calidad del agua y del aire. Además, se establecen nuevos requerimientos organizativos y de gestión para los titulares de las instalaciones y proveedores de servicios. El objetivo nuestro trabajo fue reflexionar sobre los contenidos más sobresalientes del nuevo reglamento y dotar parámetros interpretativos para una aplicación eficaz de las normas de piscinas. Esta iniciativa legislativa supone una oportunidad para desarrollar normas más estrictas, homogéneas y reconocibles que ayuden a reducir el potencial riesgo sanitario del uso y disfrute de las piscinas.