miércoles, 24 de marzo de 2021

Biólogos indignados. Otro varapalo a los del sector sanitario

Indignación es poco: El Ministerio de Sanidad da marcha atrás en su compromiso de reconocer la condición sanitaria a los biólogos que ejercen profesionalmente en la Sanidad Pública y Privada (leer aquí y aquí). No era una promesa ni un ya veremos, sino que era un compromiso (un obligación contraída con plazos de ejecución en 2021) adquirido por las autoridades competentes para sacar del limbo profesional a miles de biólogos del ostracismo y de la precariedad laboral. Intentaremos no dejarnos llevar por las emociones y buscar la lógica a esta decisión ministerial, del si te ví no me acuerdo o un "prometer hasta meter ...y una vez metido se acabó lo prometido".

Como antecedentes diremos que hay multitud de biólogos trabajando sobre todo en la sanidad pública, en especialidades profesionales no regladas en España, pero sí en el resto de Europa. Se lleva trabajando muchos años (otros colectivos van de oportunistas, nosotros vamos en serio), llegando incluso al Parlamento europeo ante la cerrazón de los políticos españoles. Esta situación tan sangrante lleva alargándose en el tiempo por más de 20 años. Es más, algunos de mis compañeros se acaban de jubilar llevando a cuestas más de 30 años de ejercicio profesional en Salud Pública (como especialistas en Sanidad Ambiental). No es el único campo laboral, además tenemos la reproducción humana asistida (Embriología, fertilización, inseminación...), Genética clínica (Genotipado, consejo genético, cribados, terapia génica, las famosas PCR...), Toxicología, Investigación biosanitaria, Citología, Biobancos, Nutrición, Biología forense, etc. 

Con la aprobación de la Ley 44/2003 (LOPS), los del PP dejaron fuera de juego a todos los biólogos de estas especialidades y campos profesionales, sin regulación y subempleados en categorías laborales "low cost" (técnico de laboratorio, titulado general, técnico de apoyo...). Ahora llegó el turno de los sociatas, y donde dije digo ahora digo Diego. Ambos dan a entender que la única realidad es la jurídica (lo que digan las leyes), la social se ve que no les conviene, y las nuevas profesiones emergentes, tampoco. El mundo en que viven se les ha quedado chico.

Se comprometieron a reconocer el carácter sanitario de los biólogos que trabajan en Sanidad por medio de la figura de un Máster profesionalizante (y otras vías de acceso extraordinarias). Y ahora resulta que, en palabras de Vicenç Martínez Ibáñez -Director Gral de Ordenación Profesional, ni sabe ni quiere saber del asunto. Y luego sigue remachando su Subdirectora, Pilar Carbajo, con un punch de izquierdona, al decir que no pueden seguir ejerciendo actividades sanitarias, quienes no tienen reconocida esa condición. Esta va de sobrada y el otro de suavón. Estamos de acuerdo en que estos personajes se compran una maceta y acaban por perderse en la jungla. Puede leerse entre líneas que son áreas profesionales sin regulación, y que por tanto, no pueden catalogarse como sanitarias puesto que en ellas ejercen profesionales que no lo son. Claro que ella, comunica con formas chulescas. A mi no me extraña su estilo comunicativo, porque comparte el patrón de los gerentes sanitarios colocados por el gobierno socialista andaluz, que me ha tocado conocer: deslenguados, desvergüenza y falta de respeto, hasta donde queráis imaginar.

El cambio de decisión de los políticos recuerda a los trileros

Lo sorprendente es que a la vista de los miles de afectados (estimo que más de 5000 personas), no ofrecen la más mínima explicación del porqué del cambio de rumbo. Incumplen sus compromisos, pero también su responsabilidad como políticos. Quizás hayan recapacitado y opten por regular una a una cada especialidad, según el proyecto de real decreto que establece los requisitos para reconocer especialidades sanitarias. Aunque podría ser muy razonable, no sería incompatible con reconocer ahora mismo, antes de jubilarlos, a todos los profesionales que llevan toda una vida trabajando sin su justo reconocimiento social, retributivo y profesional. Si nos meten en el laberinto jurídico acabarán por enterrarnos de por vida.

Hay quien apunta a que detrás de todo esto está el móvil económico, pues reconocer a miles de profesionales la condición sanitaria conlleva mejorar los conceptos retributivos (carrera profesional, niveles, complementos,..) en consonancia con la responsabilidad, nivel de conocimiento y exigencia del puesto. Otros señalan las presiones corporativistas que ejercen las profesiones tradicionales (Medicina, en especial) pues supondría reconocer el liderazgo social y profesional a los biólogos en campos punteros donde apenas hay representación médica (léase Genómica de precisión y Embriología). Para muestra un botón. Recientemente se celebró una Jornada titulada "Especialidad genética clínica: una urgencia en España" donde puede apreciarse como el ínclito Vicenç Martínez, solo hace repetir sutilmente "Genética médica", mientras que la moderadora habla de "Genética clínica". La diferencia es obvia, la Genética es multidisciplinar y pluriprofesional, siendo mayoritaria la presencia de biólogos en España y en muchos países europeos. No por nada, es que la Facultad de Medicina no tiene troncales de Genética, en el mejor de los casos la tratan con algún tema suelto. Pero no están dispuestos a reconocer la realidad. 

Los biólogos han pasado de la cara de sorpresa a la de terror

Seguro que en su fuero interno, los biólogos dirán "lo sabía...otro ladrillo en el muro". Un servidor se pregunta porqué esto sólo ocurre en España, y no en el resto de Europa. Necesitamos de algún Filósofo (absténgase Illa y Gabilondo) que nos oriente. Esto pasa de castaño a oscuro, de biólogos de bota y bata, pasamos a los de alpargata (Guerra se equivocó de profesión cuando dijo en un mitín "No descansaré hasta conseguir que el médico lleve alpargatas", ellos siguen con zapatos de charol y nosotros vamos con una hojita de parra delante y otra detrás, por si acaso).