miércoles, 20 de mayo de 2020

Desescalando: Desencuentros en la tercera fase

Mostramos tres sensaciones vistas desde dentro la trinchera:

Los pronósticos


Sigo mostrando perplejidad por lo que dijo Simón al comienzo del brote, y que al final ha dado para todo tipo de críticas (desde la parodia de los Morancos sobre el Tinto Don Simón, memes al "tío de la rebequita" y la más hiriente, la del "científico al estilo de Simón"). En lugar de haberle incluido en el colectivo científico podrían haber dicho el Epidemiólogo (por cierto, profesión no regulada), porque han metido en el mismo saco de papas a todos los de Ciencias, biólogos, químicos, físicos... cuando se trata de confundir. Ya denunciamos en otras entradas el corporativismo delirante empleado por los medios de comunicación, sobre todo para ocultar a unos profesionales y proteger a otros, hagan lo que hagan. (Sin duda es un mal endémico que no entiende de fronteras que hasta el mismo presidente Macron ha llegado a afirmar que quiere sacudir los corporativismos del sistema sanitario francés, si es preciso con medidas transgresoras. A ver si en España toman nota). Si nos movemos en un escenario de incertidumbre, me pregunto porqué se afirma lo que no se sabe. No queremos conjeturas, presentimientos ni superchería, exigimos algo tan simple como precisión y exactitud en los comunicados. ¡Ay si Lakoff levantara la cabeza!. Es desconcertante que no se adoptaran medidas tempranas y drásticas, viendo que cuando llegó a China tuvimos una idea clara de lo que se avecinaba, y cuando llegó a Italia, la idea se transformó en evidencia. Queda claro que las políticas científicas y de seguridad nacional han quedado en entredicho. Desde luego que todas las medidas propuestas son un ataque a la línea de flotación en el estilo de vida mediterráneo, toda una obra de reingenería social. Por lo pronto imagino a los chiringuitos como UCIs urbanas de plexiglás y separadores en las mesas al modo del vis a vis carcelario. Me pregunto que será de los españoles mientras no se descubra un tratamiento para el Covid19: ni nueva normalidad ni la de antes lo era, no parece que de esta vayamos a salir más fortalecidos. Eso que dicen que aprenderemos de lo negativo de la crisis, es propio del sueño de una noche de verano. Generalmente si lo pasamos mal, eso no nos lleva a mejor. Las costuras sociales se están deshilvanando y parece que se avecina un cambio estructural de modelo en unas condiciones de economía de posguerra. Veremos a ver que pasa. Pintan Bastos.

Los aplausos

Es como si te dan palmas por ir a la guerra.Vamos campeón, valiente, sin miedo! Me traslada a las historias de quienes hicimos la mili, y no precisamente por las ruedas de prensa del Gobierno, sino cuando fuimos a despedir a los amigos de juventud con el tren regional a reventar, con los petates a hombros y lo primero que nos encontrábamos en el andén eran personajes variopintos todos juntos, cabreros, gitanos, estudiantes, catetos al estilo de Paco Martínez Soria, algunos con altavoces del himno del legionario, otros con ojos enrojecidos y sonrisa etílica, melenas exuberantes, etc. Se quedaron cortos Berlanga y Cuerda en su visión de la España profunda.
Volviendo a los aplausos de las 20:00 h, ¿Alguien necesita esta pomada en una situación tan dramática?. Disiento de quien dice que los sanitarios sólo hacen su trabajo. Aquí, lo extraordinario hace que te juegues la vida, eso es cierto. Ahora bien y sin ánimo de hacer demagogia, tienen sentido tantos aplausos, en mitad de una tasa de mortalidad escalofriante. Parece un contrasentido. Vale que en algún momento, haya gestos de agradecimiento, pero esto de jalear con bocinas, DJ caceloreros, altavoces estridentes al son de "la muerte no es el final", me hace dudar de que hayamos aprendido algo como especie. Para algunos es una manifestación de conciencia cívica y es muy emocionante (quien canta, su mal espanta). Aun así, me quedo con el trato profesional discreto y comprometido. En definitiva, a transmitir tranquilidad y a estar en lo que estamos.

Sartenadas en muestra de apoyo a la Sanidad

Los profesionales sanitarios y los demás

Noto más compañerismo, más nervios, más compromiso, desesperación, temor al contagio y a contagiar. Pero a la vez, paradójicamente, más postureo. Los sanitarios cantando resistiré a las puertas de Urgencias, pero es que ¿hay tiempo y ganas para esto? Parece que se lo pasan dabuten, pese a los recortes habidos reflejados en nómina, pero también en EPIs. Evocando a Calderón de la Barca, los sentimientos: sentimientos son, y el aislamiento tras más de dos meses de pandemia tiene algo de alucinógeno. Mientras tanto se están excluyendo de los PCR a los profesionales "no sanitarios de la Sanidad" que hayan tenido un contacto estrecho con un positivo, porque el protocolo sólo contempla a las categorías sanitarias, pese a trabajar todos juntos y revueltos. Reconozco que me ha llegado a soliviantar esto de la casta sanitaria. En puestos de admisión de centros de salud ha habido pleno de contagios en turnos completos en personal no sanitario, con algún ingreso hospitalario y allegados contagiados. Da la sensación de haber jugado a la ruleta rusa con los trabajadores y sus familias. Cuando el paciente con Covid19 entra por la puerta del centro de salud, no pregunta quien es el trabajador no sanitario para no toser junto a él. No hay circuitos de ventilación y renovación de aire diferenciados para sanitarios y no sanitarios. Se comparten lugares de trabajo, nos reunimos, respiramos las mismas gotículas suspendidas en el aire, también tenemos los mismos aseos compartidos habitualmente con los pacientes. Dicho de otro modo, un profesional del sector sanitario, sean cuales sean sus actividades, tiene mayor riesgo de exposición que los trabajadores del sector no sanitario. A su vez dentro del sector sanitario, el riesgo de exposición al Covid19 es mayor en aquellos profesionales que están expuestos a aerosoles de pacientes positivos (no es lo mismo los contactos en una UCI que una consulta de cabecera). Por lo tanto, en la evaluación del riesgo laboral se tiene en cuenta tanto el lugar de trabajo como las actividades del puesto desempeñado, incluso si las tareas propias no fueran una causa relevante pero sí circunstancias que posibilitan el contagio por decisiones empresariales. Atendiendo a las cifras (leer aquí) que ha dado la Junta de Andalucía, un total de 746 trabajadores no sanitarios han resultado contagiados frente a 707 médicos. Se ve que los que impusieron los modelos sanitarios privatizadores andan escondidos y ahora hablan poco. Quizás se han postulado para refundar la Sanidad Pública. Verde, con mascarilla y con asas. 

Más de 50.000 contagiados y 10.000 ILT en múltiples categorías laborales