sábado, 5 de junio de 2021

Sobre la Declaración de apoyo de la CEDB a la Biología Sanitaria

 Estamos dedicando diversos post al reconocimiento profesional de la Biología sanitaria dentro del Sistema Nacional de Salud, centrado especialmente en el personal estatutario que desempeña su actividad laboral en diferentes ámbitos especializados: Salud pública, Genética clínica, Reproducción humana asistida, Investigación biosanitaria. En su momento, los Decanos de Biología (representan los intereses de las Facultades Universitarias) se opusieron a que el Consejo General de Colegios Oficiales de Biólogos circunscribiera el reconocimiento sanitario únicamente a los titulados en Biología que trabajan actualmente en el SNS. Unos apuestan por una Biología inclusiva, es decir, metiendo en el mismo saco a todas las nuevas titulaciones afines a la Biología, que son muchas y algunas muy jóvenes, alzando más la voz en favor de los intereses de las Universidades, pero con la boca chica para los profesionales que llevan toda la vida sin su justo reconocimiento, y que son quienes han estado en el tajo dentro de los centros sanitarios, tragando mucho, demasiados sapos. Ni que decir tiene, que muchas de esas plazas dotadas y presupuestadas están ocupadas por biólogos, podrían ser el punto de partida en una negociación para que -por ejemplo- cuando nos jubilemos, no pasen a ser amortizadas o se transfieran a las titulaciones tradicionales. 

Nadie se pregunta porqué en los últimos 20 años, no se ha producido ninguna declaración del CEDB sobre este mismo asunto. Quizá tenga algo que ver el negocio de los nuevos Máster en Biología sanitaria. Bienvenido sea el reciente manifiesto de apoyo, pero hay que conocer bien la historia para entender el presente, opinar con fundamento y defender adecuadamente los intereses profesionales. En un alarde de ingenuidad o de buen rollito, a algún Decano se le ocurre decir que es un grave error no actuar conjuntamente con las restantes profesiones sanitarias nuevas y tradicionales. A mi juicio, el craso error está en ser rehén de colectivos profesionales que van de oportunistas, y que con motivo del proyecto de RD de especialidades sanitarias, se han lanzado alocadamente a reclamar plazas donde nunca han trabajado en estos 35 años, y que de buenas a primeras se consideran competentes. Esto significa repartir lo poco que tenemos con invitados inoportunos.

Descarga y amplia el manifiesto de apoyo a la Biología Sanitaria


Vamos a ver, la necesidad de apoyo a la Biología sanitaria surge porque durante más de 35 años no se reconoce a los biólogos que están trabajando en el Sistema Sanitario, frente a los colectivos tradicionales que no quieren que nadie les coma su parte del melón presupuestario. ¿Cómo vas a ir de la mano de aquellos que no quieren que accedas a las plazas del SNS en igualdad? Pues bien, hay que saber valorar adecuadamente el coste-oportunidad y el coste-beneficio de las decisiones, en lugar de aletargar de nuevo el reconocimiento profesional por mor de no saber distinguir las problemáticas de colectivos distintos: biólogos en ejercicio vs. titulaciones de nueva creación. Recordemos que son los Licenciados en Biología los que cuentan con una mínima regulación profesional (Real Decreto 693/1996), que no tienen las nuevas titulaciones afines. Y eso hay que saber aprovecharlo, no puede desperdiciarse ese recurso legal. 

Evidentemente nadie quiere excluir, como tampoco sacrificar a un colectivo veterano por intereses de unas titulaciones determinadas. Hay que saber priorizar, y tomar decisiones pensando en lo más práctico y beneficioso. Si quieres empezar a regular título a título, las consecuencias pueden ser desoladoras. Otros titulados "no afines" empezarán a pedir lo mismo (Y de hecho ya ocurre con el CGCOV). En entradas anteriores, abogamos por no apostar todo al máster profesionalizante, porque eso por sí solo, no resuelve el problema. Hay que diversificar las vías de reconocimiento, sobre todo aplicando ahora las que sean inmediatas, en lugar de supeditarlas a un proceso largo y duradero de regulación de nueva profesión. También debe distinguirse entre regular nuevas especialidades sanitarias multidisciplinares y entre regular una nueva profesión (esto último requiere rango de Ley, y en este sentido, mejor no acordarse del tiempo verbal expresado en el primer párrafo del artículo 15.1 del RD 693/1996). Pero se ve, que algunos no tienen prisa. Huelga decir que no son homologables la situación de un joven egresado (que busca hueco en el mercado con un título sin regulación profesional) con la situación de los biólogos con un recorrido laboral de más de 30 años sin reconocimiento profesional. La solución no pasa por poner ambas problemáticas al mismo nivel y tratarlas al mismo ritmo para obtener el reconocimiento profesional en el SNS. Dicho en Román paladino, no vistamos a un Santo y desvistamos a otro.

Es más, a poco que se documente comprobará que esos colectivos tradicionales nunca han querido compartir ni competir libremente con los biólogos: a la consabida discriminación en número de plazas BIR para las 5 especialidades multidisciplinares, le sumamos la reivindicación de los veterinarios de dos nuevas especialidades xIR en exclusiva (veterinaria de salud pública y de animalario), la exclusión de biólogos en categorías laborales de inspección sanitaria (reservadas en exclusiva para veterinarios y farmacéuticos) para actividades laborales donde estamos sobradamente preparados (salud ambiental y seguridad alimentaria), el boicot a biólogos andaluces en la red de alertas epidemiológicas, categorías laborales de investigación maltratadas, etc. En Andalucía estamos hablando de 800 plazas de inspectores de sanidad, donde podríamos acceder a empleos estables y contratos eventuales  (bolsas de empleo temporal), y que no podemos hacerlo por el corporativismo rancio de las instituciones así como por la presión de esos colectivos citados, con los que algún Decano quiere hacer un manifiesto conjunto.  

Se da la circunstancia de que el acceso a las plazas de inspección sanitaria se produce sin importar el itinerario curricular seguido por farmacéuticos y veterinarios para ejercer como inspectores en salud pública. Da igual que tu base académica sea del medicamento o la clínica de animales de compañía, para acceder a un empleo como inspector de salud ambiental, esto es, sin la carga de créditos apropiada en los ámbitos donde se requiere. El resultado es que los servicios públicos se ponen en manos de profesionales sin la competencia adecuada. Por eso es tan importante que se regulen las categorías profesionales, revisando profundamente lo que hemos heredado de un régimen viejuno. 

Off the record: Cuando ha empezado a moverse el proyecto de RD de especialidades sanitarias, los biólogos de la salud pública andaluza han sido expulsados de la red de alerta epidemiológica, y entre las lindezas de la respuesta al recurso de alzada firmado por un director general (Veterinario), viene a decir que los biólogos no pueden demostrar cuál ha sido su trabajo en epidemiología tras más de 20 años integrados en la red y cobrando por ello, y además, no reúnen las capacidades adecuadas por no ser una titulación sanitaria. ¿Coincidencia o casualidad? Yo tengo muchas canas como para creer en las casualidades, y está claro que están instrumentalizando a la Administración por intereses corporativistas. La respuesta está envenenada, pues afinan hasta el punto de exigir que se demuestre cual ha sido su trabajo. Y debe saberse que dicho recurso vino precedido por una estrategia estudiada y calculada, para ir despojando otras funciones que venían desempeñando los biólogos,  con el último fin de arrogarse unos servicios públicos que, evidentemente, admite múltiples titulaciones. Lo hicieron con la aquiescencia de los responsables políticos. Estas son las guerras sucias a las que tienen que hacer frente los biólogos. O cambian radicalmente el criterio de acceso y selección a la Función pública, o seguiremos con corporativismos anacrónicos, en una sociedad donde hace tiempo que llegaron múltiples titulaciones universitarias (Bioquímica, Biotecnología, Genética, Tecnología de alimentos...).

Yo le diría al Decano despistado, que consulte las alegaciones del CGCOV, y verá que no hay ninguna intención por querer compartir plazas de salud pública con otros profesionales competentes, o lo que es lo mismo, les importa bien poco unos servicios públicos profesionalizados. Los responsables públicos no están pensando en rodearse de los profesionales más competentes, sino en colocar a los suyos en puestos clave desde donde manejar sus intereses. Cuanto antes se comprenda como actúan internamente, será más fácil dirigir los esfuerzos para desmontar este quilombo. Por disparatado que parezca,  ellos consideran que los únicos competentes son veterinarios y farmacéuticos para trabajar en aguas de consumo humano, aguas de baño, legionelosis, Biocidas, Vigilancia y control de vectores nocivos, seguridad alimentaria. Y para colmo, desde el Consejo de Colegios de Veterinaria han declarado que les resulta hiriente (Rae: ofensivo, quien trata de ofender o atacar) que los biólogos podamos acceder a especialidades sanitarias multidisciplinares (BIR), y a ellos no les está permitido. Como puede inferirse, sus argumentos son menospreciar a otras profesiones reconocidas del sistema sanitario. Los biólogos lo hacemos desde el año 1985, y a los veterinarios es ahora cuando les ha entrado prisas por tener un espacio propio en el Sistema Sanitario, que nunca han tenido. Un oportunismo ridículo. Lo que es patético es que una profesión del ámbito de la sanidad animal acceda a especialidades de la salud humana. Zapatero, a tus zapatos!

Recientemente alguna Comunidad Autónoma ha decidido clasificar a los biólogos en la categoría de Facultativos especialistas no sanitarios dentro del servicio de salud, al mismo nivel que "personal de gestión y servicios": peluqueros (ya sabéis lo que hace la RNA polimerasa), electricistas, mecánicos, telefonistas, costureras, etc. El trasfondo es que no podamos hacer carrera profesional como sanitarios, es decir, no tener los mismos derechos retributivos (complementos, niveles...) y profesionales (acreditaciones, competencias, registros...). Los principales sistemas sanitarios europeos (Ej. el NHS que tanto gusta a nuestros políticos, precursor de la regulación de la salud pública) no tienen la división sanitario/no sanitario, pero en España se prefiere seguir con el estatus de clases y discriminaciones profesionales, que hace hablar a los mudos. Hasta las auxiliares de enfermería se consideran sanitarios, pero los biólogos que trabajan con gametos humanos, no lo son. 

En definitiva, lo primero es documentarse y conocer las causas de la discriminación profesional de los biólogos en la Función Pública, para luego aprovechar las oportunidades que se presentan, de lo contrario perderemos de nuevo el tren, sobre todo perjudicando a quienes iniciamos nuestra carrera profesional en la Sanidad. Cómo biólogos con formación científica debemos hacernos preguntas, las correctas, ej: ¿De qué realidad profesional estamos hablando? Si conocemos las causas que han llevado a los gobiernos PSOE-PP para no regular la situación de los biólogos  durante más de 35 años abusando de la precariedad, quizás sepamos cómo actuar. No se habla de erradicar el corporativismo en la reforma propuesta por el progresista Iceta. ¡Vaya pérdida de memoria!  Recordémosle que el Consejo de Europa ha vuelto a dar otro tirón de orejas a España (leer aquí) a cuenta de la precariedad laboral de los científicos (muchos de ellos biólogos). Claro que los políticos han puesto su solución encima de la mesa: evaluar la excelencia (tracatrá!), mientras que lo que se está pidiendo es #Ciencia con derechos. No hay más cera que la que arde.