sábado, 20 de junio de 2020

Piscinas en tiempos de pandemia Covid19


   Se sabe muy poco de la persistencia del virus Sars-CoV-2 en el agua. Lo que sí se sabe es que algunas investigaciones han encontrado unas clases de Coronavirus en el agua de la red de consumo y que pueden mantener su capacidad infectiva. Por eso hay que tener prudencia en cuanto al comportamiento del virus Covid19 en agua de baño, pese a lo reflejado en el informe del Ministerio de Sanidad, que manifiesta que la acción de un agente desinfectante inactiva rápidamente el virus, razón por la que no se estima un posible contagio por el contacto (ojos, nariz, boca) con agua que contiene el coronavirus. Las infecciones debidas a la exposición al agua son difíciles de detectar y atribuir a la exposición de aerosoles. En todo caso mejor no tragar agua, respirar microgotículas (gotas de Flügge) y protegerse con gafas de natación. 
   Se desconoce la capacidad infectiva del material genético del virus presente en el agua, pues no olvidemos que el PCR analiza ácidos nucleicos, pero no informa acerca del estado viable del virus, que lo más probable es que su envuelta lipoproteica se desnaturalice por la acción de factores exógenos: temperatura, dilución, radiación solar, tratamiento de filtración y desinfección, salinidad (electrolisis salina)...
   La primera recomendación es el refuerzo del sistema de desinfección del agua de la piscina, no sólo en el aumento de la dosis del biocida (1-2 ppm de hipoclorito sódico es el más común) sino también asegurar que se garantice el correcto funcionamiento del dosificador. No hay que llevar la burocracia a las piscinas, analizando cada hora el cloro libre del agua con un kit colorimétrico tal y como recomienda el Ministerio de Sanidad. En su lugar deben emplearse sistemas automáticos (sensores amperométricos o por fotoionización) con medición en continuo, en lugar de los semiautomáticos que trabajan por impulsos constantes o por pastillas (de tricloisocianurato y de hipoclorito cálcico), basadas en el rozamiento irregular del agua, y que en ambos casos no garantizan una autorregulación de la concentración desinfectante. 
   Hay que tener presente que la principal vía de transmisión del Covid19 sigue siendo la respiratoria por el contacto persona-persona, de ahí la imperiosa necesidad de seguir manteniendo las medidas de distancia física dentro y fuera del vaso (incluso diferenciando circuitos de paso y entrada-salida), higiene personal y protección respiratoria. Por esta razón se reducirán los aforos en las piscinas, con el propósito de evitar concentraciones de personas, cruces y retenciones de usuarios, que eviten el contacto entre bañistas.

Ejemplo de incumplimiento del distanciamiento físico sentados en el andén

   Una medida muy importante y que no ha sido explicitada en el informe del Ministerio de Sanidad, se refiere a adoptar medidas en caso de accidentes fecales en piscinas, dada su íntima conexión con los grupos de riesgo (niños y ancianos). Se sabe que el Sars-CoV-2 está presente en las heces y orina de las personas infectadas y que aproximadamente entre el 2-10% de los casos positivos por Covid19 muestran síntomas de diarrea, razón por la que la contaminación fecal del agua puede ser una ruta efectiva de transmisión de Covid19.  Ducharse adecuadamente reduce la cantidad de microorganismos patógenos presentes en restos de heces y orina que se transfieren al agua por malos hábitos higiénicos de los bañistas (quien no ha oído hablar de los famosos palominos o de algún rifirrafe a cuenta de una meada, o incluso por incontinencia urinaria). Esta medida higiénica también se aplica a la ropa de baño que no ha pasado por la lavadora y que pudiera contener restos de materia orgánica contaminada. Lo mismo hay que decir de toallas y otros enseres, que no deben ser intercambiados o compartidos.

Covid19: Ducharse no es una opción, es obligatorio antes de entrar y al salir del vaso

   Con respecto a la recomendación del cierre de aseos y vestuarios hay que decir que en las dependencias cerradas y con pobre ventilación donde se han producido contagios, gana más fuerza la hipótesis de una difusión del virus a través de la recirculación del aire acondicionado en lugar de provocado por aerosoles. Sin embargo, aún se desconoce la capacidad infectiva del material viral suspendido en el aire. La renovación del aire y ventilación adecuada de las dependencias es fundamental, pero además habrá que higienizar los conductos del aire acondicionado en servicios y piscinas cubiertas, así como mejorar la función de retención de partículas en los filtros de aire.
   En definitiva, en aquellos establecimientos y comunidades de vecinos que tengan capacidad económica para mantener abiertas las piscinas, con el coste que ello ya suponía antes de la pandemia, va a seguir siendo muy importante la colaboración ciudadana, y deberán aumentarse las medidas de concienciación colectiva pero también los protocolos de limpieza y desinfección, que supondrá un aumento de los gastos de la Comunidad, incluso alguna derrama en el recibo mensual. Se han hecho estimaciones en grandes Urbanizaciones para conocer cuantos usos corresponden a un propietario respetando el aforo fijado en el 50%, y nos lleva a un paupérrimo remojón al mes por persona, que no unidad familiar. ¿Interesa abrir las piscinas en tales condiciones? La desesperación puede con todo. A ver quien aguanta un triste chapuzón en Málaga y con Terral.