miércoles, 27 de marzo de 2019

Deontología de baratillo en los medios de comunicación

   Lo que propongo comentar con la presente entrada va de mensajes subliminales en los medios de comunicación dentro del sector de las profesiones emergentes, y especialmente en la órbita de los Biólogos. Si bien, en el mismo paquete caben profesiones de las ciencias experimentales: Químicos, Biotecnólogos, Físicos, Bioquímicos, etc. 

   Es un tema que viene de antiguo, lo nuevo sería que aún siguen con la misma cancioncilla. Me refiero a la omisión deliberada de la denominación de determinadas profesiones en los medios de comunicación (demasiados medios bailan la yenka al compás, y esa sincronización mosquea mucho), y de la publicidad con cornetas y tambores que se hace de otras. Además afinando al detalle. Me pregunto donde quedaron los códigos deontológicos de las profesiones. Lo expondré con varios ejemplos:

Grandiosa Judy Garland en el Mago de Oz, nos enseña a ir al compás

1.- Cuando trasciende algún hallazgo sobresaliente de una investigación, los protagonistas dejan de llamarse biólogos para nominarlos como científicos. En cambio, si los responsables del éxito son médicos, no se les llama científicos, si no por su profesión. Y al revés lo mismo, si se trata de un fraude de un investigador de la Biología, lo difunden con orquesta de trombones, pero si es un médico, codificamos el nombre de la profesión con títulos alternativos (profesor en la Universidad, Investigador, Bio-loquesea...). Para ilustrarlo en positivo, un caso del pasado 7 de febrero, con este párrafo publicado en un diario andaluz:
«Nombres como Ortiz de Lejarazu, el Príncipe de Asturias Ginés Morata, el urólogo Jesús Castiñeiras, el físico Emilio Gómez González o los doctores Moreno Pentinel, Juan Manuel Pascual, Miguel Ángel Arráez, César Ramírez, Ana Lluch o María Blasco conforman sin duda un plantel de conferencias muy importante y de una gran potencialidad».
Como podrán observar, cuando entre los presentes hay biólog@s y con la excusa del doctorado académico, se les denomina como doctores (dando la impresión que son médicos), a Ginés Morata se le omite que es Biólogo, y a Ortiz de Lejarazu no se le califica de Microbiólogo que sería el mismo criterio identificativo que el utilizado con el Urólogo. Incluso si no llega a ser por la coma en la frase, parece que el Príncipe de Asturias es él y no el Biólogo-Genetista Ginés Morata. Y qué decir de la Bióloga molecular María Blasco, una verdadera referente, y no el uso anodino del término que se insufla erróneamente en los ambientes laborales. Si leemos al completo el texto de la noticia, se vuelve a repetir el modus operandi, se explicitan las profesiones de los doctores Médicos, aclarándonos que uno es Neurocirujano, otra de Medicina estética,  pero no las de los doctores Biólogos. Pienso que esa forma de redactar noticias es retorcida, cuando no patética, parece que importa poco el contenido y se presta más atención a omitir la profesión de Biólogo.  En fin, que la sensación que se lleva el relajado lector es que los Médicos quedan bien retratados, y los Biólogos ni están ni se les espera. Por cierto, el Físico ha tenido suerte que se le identifique por su profesión (aunque estos siempre han sido raros y no molestan, según me confesó un buen amigo que también sufrió la apisonadora médica en el Hospital). 

2.- Para no dar publicidad "gratuita" a los Biólogos, con frecuencia y según interese, se sustituye por otras del pasado, como "Naturalista" (que no, Naturista) o bien por las de algún campo singularmente especializado que extrañe al público y no lo reconozca (ej. Fisiólogo, Micólogo, Algólogo, Inmunólogo...). Es una forma de restar proyección y visibilidad social a unos profesionales, los Biólogos, que se han formando en las Facultades de Biología de las Universidades Españolas desde hace más de 50 años. Quiero decir, que no son unos que acaban de aterrizar, desconocidos para los poderes públicos.

3.- Cuando se está legislando y reconociendo profesionalmente a los Biólogos en campos laborales donde son mayoría (en Genética, Reproducción Asistida, Embriología...), casualmente afloran noticias donde se ejemplifican a biólogos que han estado implicados en casos polémicos, cuando no fraudes científicos y teorías de rechazo social. Obviamente no se ejemplifica con la mala praxis médica ni con personajes siniestros que nos ha dado la historia de la Medicina (ej. aquél que buscaba el gen rojo, eso si que era Genética de tocomocho). Aún hay a quien le cuesta aceptar que, profesionales malos y buenos los hay en todas las profesiones, no se circunscribe a un campo concreto. Ni hay campos laborales donde todos son genios y figuras, algo tan evidente sobre lo que hay que insistir.

4.- Si el mercado laboral evoluciona hacia lo transdisciplinar (Ej. Genómica, Biotecnología), donde las fronteras entre disciplinas académicas se difuminan, se apresuran a cambiar las reglas de juego e imponen clasificaciones terminológicas donde hay que cumplir unos requisitos. Por ejemplo, personal sanitario versus no sanitario. La última ocurrencia que he escuchado, viene a decir que cómo es posible que un Biólogo ejerza profesionalmente como Microbiólogo en el Sistema Sanitario (lo hacemos desde el año 1984, más de 35 años!), si se trata de una titulación no sanitaria. Llegan a cuestionar la Microbiología como una de las ramas de la Biología. Es que no se puede ser más panoli. No queremos descalificar al mensajero, sino observar como se instrumentaliza "lo sanitario" como un privilegio o prerrogativa en favor de unos, ignorando lo epistemológico según convenga. Me recuerda la defensa de la joven abogada Ginsburg (Felicity Jones en la peli "una cuestión de género") quien reivindicaba la protección del derecho a poder cambiar frente a unas leyes inmutables basadas en la tradición y la costumbre a los ojos de unos, que ignorando la realidad, temían cambios sociales radicales. Aquí pasa lo mismo con nuestra Ley de ordenación de profesiones sanitarias, que excluye a las profesiones emergentes y soslaya los campos laborales multidisciplinares, sin previsión de mecanismos legales ágiles que posibiliten el cambio del catálogo de profesiones competentes en la sanidad pública. Viene al caso que, a diferencia de las Facultades de Biología, en las de Medicina no cuentan con asignaturas troncales de Genética (con Bolonia, se habla de su equivalente en créditos), y a lo sumo, tocan temas sueltos en otras asignaturas, pero luego pretenden que sean los médicos quienes posean competencias en exclusiva para el consejo genético. Para ellos no vale la carga inicial de créditos de su plan de estudios.

5.- Desde que los Ministerios de Sanidad/Educación regulasen la titulación de las especialidades sanitarias multidisciplinares (Bioquímica clínica, Inmunología, Microbiología/Parasitología, Análisis clínicos), no se hace con una única denominación para todos los profesionales que han seguido el mismo programa de residencia hospitalaria. En su lugar, se distingue entre la procedencia de los estudios universitarios de origen pese a compartir el mismo programa formativo y los mismos docentes. Peor aún fue la época en la que únicamente se expedían títulos para los médicos, y para los biólogos se emitían certificados. Tiene guasa, ¿verdad? Esto se ha superado sólo parcialmente. Es como una pesadilla que no cesa.

En ocasiones las luchas profesionales provocan pesadillas

   He buscado alguna investigación que ponga negro sobre blanco, aunque sólo recuerdo algún programa en TV, pero no he encontrado nada por escrito. Como quiera que sea, no es muy comprensible que haya miles de estudiantes formándose en las Facultades de Biología, con cargo al erario público, y luego vienen los de la competencia para invisibilizarlos públicamente, con la aquiescencia de los medios de comunicación. Es un tema que sabe a rancio y que apenas ha sido objeto de denuncia e investigaciones serias. En conclusión, no pasan desapercibidos sus intenciones y nos damos cuenta, pero es mas difícil combatirlas. A ver si viene algún Chicote o alguien parecido que ponga orden. Ya empezó por las cocinas de los Hospitales, cuidado si llega a los Directivos. Todo se andará.