lunes, 1 de diciembre de 2014

Ecología y Ecologismo

Hemos recuperado un viejo debate que sigue presente en el mundo educativo y bastante diluido en los medios de comunicación, a pesar de que el deterioro del medio ambiente sigue imparable. Nos referimos a la Ecología como ciencia, y al Ecologismo como ideología política (valga la redundancia). Aún es frecuente observar que ambos conceptos se utilizan como sinónimos por el público no especializado. Con estos temas es fácil dejarse llevar y caer en polos contrapuestos, pero la realidad es muy diversa. Hoy día los medios de comunicación nos muestran la imagen del pensamiento ecologista como el de un activista que aparece colgado de un árbol o apedreando a un ballenero. Pero no se trata de elegir entre el estilo de vida indie o hippie frente al cool o urbanita. No consiste en ofrecer visiones contrapuestas entre vivir en Nueva York o hacerlo en Villanueva del Trabuco. Esta forma de abordar las cuestiones tiene el riesgo de alejar al ciudadano de los problemas que nos afectan a todos, para lo que se requiere estar educado y sensibilizado.
En el siguiente artículo, publicado en la revista centro de salud, se pretendió añadir algunas gotas de claridad, motivado por la experiencia vivida con asociaciones ecologistas locales en diferentes ámbitos de participación en el seno de la Administración Pública. Hay "conservacionistas estrictos" que rechazan el aprovechamiento de los recursos naturales de modo sostenible, y hay quienes te plantan un campo de golf (como excusa para urbanizar) en los sitios más insospechados. 
Algunos autores sitúan el florecimiento de estos movimientos sociales con el impulso del Club de Roma, un "think tank" (¿un lobby?) que logró iniciar una concienciación ambiental global y que quedó reflejada en el informe titulado "Los Límites del Crecimiento" (1972). En cierta medida, parte del trasfondo lo estudió Max Weber en su obra "El político y el científico", que aunque parezca increíble después del tiempo transcurrido, sigue de actualidad.