viernes, 20 de noviembre de 2020

Mascarillas y arbolitos

   Ambas protegen en ámbitos interdependientes: salud individual y salud ambiental. Viene a cuento de un reciente artículo donde una médica dice sin reparo "queremos centrarnos en la Atención Primaria, no en la burocracia, no en los arbolitos que puedan poner en un centro de salud". Con el diminutivo empleado en tono peyorativo, ya se atisba la falta de respeto hacia otros profesionales de Atención Primaria (en adelante AP) que no son de su cuerda. No es muy elegante aprovechar el momento actual con expresiones hirientes hacia la labor de otros profesionales de la salud pública. Es lamentable ese perfil desfasado de médico displicente con los problemas de la crisis climática, que también demanda "una vacuna". Seguimos perdiendo un tiempo preciado ante la situación en la que nos encontramos, afrontamos una emergencia ambiental, y no podemos seguir pensando que esto es una profecía (Leguina, dixit) o una corriente ideológica, viviendo como si no hubiese cambio climático. Que a estas alturas se esté desmintiendo a los estudios científicos no tiene desperdicio. Ya sabemos adonde nos han llevado los modelos economicistas que acaban por compensar daños, resultando rentable pagar por contaminar, mientras todo se va al garete.

Este arbolito también necesita cuidados

   Los que llevamos décadas trabajando en el Sistema Sanitario, conocemos como funcionan las cosas de puertas para adentro, y distan mucho de la imagen que se quiere trasladar al público. Es más, hemos sufrido la falta de colaboración de médicos para el desarrollo de nuestro trabajo en sanidad ambiental. Un ejemplo entre muchos: realizar encuestas epidemiológicas para la investigación de brotes de origen ambiental era también considerada la burocracia de aquél momento. En consecuencia la epidemióloga se quedaba sin poder investigar brotes como es debido, y dado que del resultado de esa investigación se orientaban las actuaciones de tipo ambiental (contaminación del agua, plagas de insectos, intoxicación química..)  o alimentario (alimentos contaminados), finalmente nuestro trabajo quedaba condicionado a la voluntad de que se cumplimentase, o no, la encuestas epidemiológicas a los pacientes. En fin, poca cooperación, en los tiempos en que había un único PC en todo el centro de salud y no había burocracia, sólo la de la receta de puño y letra tan añorada. 

   Compartimos que las tecnologías nos han esclavizado a todos, no sólo a los médicos, aunque sean ellos quienes más se quejan. Si a esto le añadimos los seguimientos de pacientes Covid19, lógicamente habrá una carga adicional. Ahora bien, catalogarlo como burocracia es una falacia, pues estamos ante una situación extraordinaria. Por ejemplo, el trámite de las bajas laborales ciertamente es mejorable, pero no para endosar a otros lo que es tuyo. Y si tienes que facilitar datos para que puedan investigarse los accidentes laborales, tienes que hacerlo. No se pueden dar las bajas a gogó. El colapso sanitario no debe ser el pretexto de los errores del sistema de la etapa precovid. Es cierto que la digitalización de la Sanidad deja poca libertad y te sientes atado de pies y manos, pero hay que saber mirar más allá y ver oportunidades en otros campos de acción. Hay que asimilar que los problemas ambientales es una tarea de todos, o no vamos a ninguna parte. Y para poder intervenir ante problemas de salud de origen ambiental, es acuciante incorporar el componente ambiental en la valoración de las enfermedades, en especial en Pediatría y Primaria, de forma que podamos aprovechar las estructuras asistenciales. Para ello es fundamental fortalecer los sistemas de información, tal que posibiliten identificar las enfermedades ambientalmente relacionadas. 


Burocracia en tiempos de Covid19


   No obstante, ya sabemos que hay un sector entre los médicos de familia para los que la pérdida de hábitats, el calentamiento global, vectores importados (ej. mosquito tigre), contaminantes emergentes (disruptores endocrinos), plagas nocivas... no va con ellos. Eso lo consideran burocracia. Vamos a ver, de qué me sirve estar sano si no cuido mi entorno y la vida de las demás especies. Cada uno tiene su escala de valores, y nadie nos tiene que dar a elegir entre salud individual y salud planetaria. Adoptar una visión contemplativa ante los problemas ambientales porque no son de tu competencia es de una impudicia que no quiero pensar que pudiera extrapolarse a los pacientes. Las competencias del médico no son exclusivamente clínicas. Nadie está pidiendo que el médico abandone sus funciones esenciales, pero dada su posición en el centro del sistema sanitario, viene obligado a participar en materias preventivas y de salud ambiental que nos afectan a todos.

   Existe un lamento generalizado de que la AP se está muriendo. Yo diría que la están liquidando, y cada uno tiene su parte alícuota de responsabilidad. En qué quedamos, no teníamos uno de los mejores sistemas sanitarios, calificado como la joya de la corona. Ahora sabemos que tan bueno no era. Preguntemos a qué se debe que el gasto farmacéutico siga imparable. Desde luego ese asunto no quieren introducirlo en el debate de la sostenibilidad de la AP.  En cualquier caso, sorprende que alguien que dice defender la Primaria, lo haga distanciándose de la perspectiva preventiva (salubrista), con argumentos tan simplistas como que el médico de familia está para el diagnóstico y tratamiento, y lo demás pasa a ser burocracia. Ahora ya sabemos de diferentes atenciones primarias, una la de los médicos prescriptores de medicamentos y otra la que se postulaba en la Conferencia de Alma-Ata, que sirvió de guía para desarrollar las potencialidades de la AP, donde los salubristas jugaron un papel muy importante en los logros alcanzados. 

    Usemos la socarronería para rememorar que en tiempos precovid los médicos de familia no erais SDH, aunque ya sabemos que entre bomberos no os pisáis la manguera.  Precisamente uno de los problemas enquistados tiene que ver con que las gerencias se piensan mucho la toma de decisiones para no quedar mal "entre compañeros". Recuerdo cuando no había valentía (ni decencia) para denunciar ilícitos vergonzantes (minutas por informes, cobro por radiografías, peonadas, derivaciones a tu consulta, intereses con las farmacéuticas, material sanitario de valvulina...). De aquellos polvos vienen estos lodos. Eso sí, luego se tiene la desvergüenza de decir que se está muriendo la AP. Y que no vengan con la cantinela de que esos son unos pocos. Son lo suficientemente abundantes, para arruinarlo todo.