lunes, 31 de julio de 2017

Matar moscas a cañonazos

  Recuerdo una reunión con el Concejal del ramo para abordar un problema relacionado con explotaciones ganaderas irregulares. Con la llegada del calor y el aumento de temperaturas se favorecía la eclosión de poblaciones de moscas que invadían una barriada (haz click aquí), incluido los centros públicos sanitarios. El origen estaba en las heces de animales localizados en un grupo de granjas. Pese a que el Ayuntamiento tiene la competencia del control vectorial y también la de otorgar o revocar licencias de actividades por incumplimientos (higiene, mantenimiento, medidas ambientales...), esto no le resultaba suficiente, en su lugar se buscaba salpicar con el problema a otras Administraciones, para no figurar solos ante un fracaso cantado. ¿Soluciones?: es un problema de Salud Pública y que vengan otros. Y con esta cantinela llevan 20 años de experiencia, aplicando medidas provisionales para mitigar las moscas y así intentar calmar los ánimos. Cuando se le sugería al Concejal, asistido por un asesor jurídico, que ya era hora de poner una solución definitiva mediante la regularización de las granjas ganaderas, el ínclito respondía: "Eso es matar moscas a cañonazos, y nunca mejor dicho". 

Imagen. Cultivo de Drosophilas (moscas de la fruta) en Laboratorio, todo un icono de la Biología.



   Obviamente, el equipo de gobierno no estaba dispuesto a soportar unos costes económicos y políticos. Entretanto, que se aguanten los vecinos y ya se encargaran de enredar el asunto. Diseñar un plan de trabajo para adecuar las instalaciones irregulares no requiere grandes esfuerzos, pero no estaban por la labor... porque es un problema de salud pública. No se puede ser más incompetente. Siempre recuerdo este tipo de reuniones con gran preocupación, por la falta de preparación de los políticos y por la dudosa capacitación de algunos profesionales, que todo lo quieren arreglar fumigando para salir al paso (así justifican el presupuesto asignado). En las reuniones abundan las ocurrencias y la improvisación, es como si estuvieras en un mercadillo negociando el precio de un artículo. No es comprensible hacer reuniones sin un trabajo profesional previo y documentado, que sirva de base para estudiar medidas y soluciones. ¿O es que era un tema novedoso? Los políticos no quieren hacerse responsables de sus decisiones, sino que culpabilizan a los profesionales del malestar ciudadano: "los técnicos han dicho...", "yo no entiendo de temas técnicos". Van a las reuniones sin tomar posición (bueno sí, la que más les convenga políticamente). Y lo más curioso es que abanderan la manoseada GESTIÓN, con un descaro insólito. Los políticos sólo gestionan mientras que el trabajo profesional pasa a un segundo y tercer plano, en cambio como gestores rara vez motivan sus decisiones. Generalizar no hace justicia, pero es que la situación descrita es demasiado recurrente y no acabas de curarte del espanto. Y así, podría seguir relatando otras situaciones y más de lo mismo, da igual el color político.

Imagen. Algunos podrían aprender los métodos caza-moscas (menos agresivos) como los del Sr. Miyagui


  
Hoy tenemos una situación similar con los mosquitos en la desembocadura del río Guadalhorce (Málaga). Lo primero que hacen es reprocharse actuaciones, luego aumentan el gasto público con plaguicidas a mansalva (poniendo en peligro las poblaciones de otras especies) y finalmente, el victimismo administrativo. Es cierto que se ha producido una cadena de errores y ahora tenemos las consecuencias, desde la perturbación del equilibrio ecológico por la planificación urbanística (autorizando la urbanización de viviendas Guadalmar casi en el margen de un estuario ¿y que no te piquen los mosquitos? ) hasta la falta de un plan integral de control de mosquitos, donde los estudios ecológicos serán fundamentales para identificar la fuente del problema (natural/antrópica) y recuperar especies autóctonas que controlen -de forma natural- las poblaciones de insectos. Aunque a veces lo mejor es salir pitando, no hay que tirar la toalla.